Autor: Estela Chocarro
Título: El próximo funeral será el tuyo
Editorial: Maeva
ISBN: 978-84-15893-70-7
Páginas: 280 páginas
Precio: 19.90€
Sinopsis extraída de la editorial:
«El próximo funeral será el tuyo» es una de las amenazas que recibe Rebeca Turumbay, profesora de arte en la universidad y empleada de la fundación del Teatro-Museo Dalí de Figueres, a los pocos días de llegar a Cárcar, el pueblo en el que ha decidido pasar las vacaciones. Es allí donde nació su abuelo Ángel Turumbay, y ella va con la intención de conocer algo más sobre su historia, de la que nunca le han hablado. Pronto averigua que algo turbio rodea a la figura de su abuelo, y que quizá tenga que ver con el silencio que se cierne sobre el asesinato de la joven Celia Urbiola en el año 1945.
Rebeca pondrá en peligro su vida para esclarecer este antiguo crimen y para ello deberá enfrentarse sola a un macabro juego, en el que nada ni nadie es lo que parece.
Unos entrañables ancianos serán sus mejores aliados y junto a ellos, con la ayuda de Víctor, un joven periodista local, irá desentrañando la verdad sobre los terribles hechos del «crimen de Cárcar» en el que muchos de los habitantes del pueblo, de una manera u otra, estuvieron involucrados.
Esta novela me captó por su título y, cuando leí la sinopsis, aún me atrajo más, así que cuando allá por Marzo fue uno de los Kindle Flash del día, no dudé en hacerme con él. Sin embargo, no ha sido todo lo que yo esperaba y, aunque sí que me ha gustado, creo que se nota bastante que es la primera novela de Estela Chocarro porque flojea en algunos puntos.
La novela transcurre en el verano de 2010, cuando Rebeca Turumbay, una profesora de arte y empleada de la Fundación del Teatro-Museo Dalí en Figueras, pone rumbo a Cárcar, Huesca, donde ha decidido pasar sus vacaciones. Cárcar es el pueblo de su abuelo ya fallecido y viaja allí para conocer más sobre su pasado y sus orígenes porque apenas le han hablado de ello. Sin embargo, cuando llega al pueblo, nadie parece conocer a su abuelo, extrañamente los habitantes de más edad, que son los que podrían haberlo conocido, son los más reticentes a responder a sus preguntas. Pero Rebeca no se rinde en su búsqueda de información y pronto descubre que su abuelo estuvo implicado en la muerte de la joven Celia Urbiola en el año 1945. Rebeca se niega a creer que su abuelo fuera un asesino así que decide iniciar su propia investigación sin ser consciente de que eso también supondrá poner en riesgo su propia vida.
La historia comienza bastante bien pero a medida que avanza, se va desinflando. He echado en falta más tensión, porque los descubrimientos clave de la historia ocurren de repente y casi por casualidad, no por el desarrollo de la investigación, lo que corta el ritmo de la acción. Además, hay detalles en los que la autora se detiene en explicar y que no aportan nada a la historia, como la vida de alguno de los secundarios que apenas intervienen, pero de otros que podrían ser relevantes, como los del alto índice de suicidios entre las jóvenes del pueblo, solo deja pinceladas.
Otra subtrama que también podría haber sido muy interesante y que está muy poco desarrollada es la de Dalí y la del descubrimiento de una serie de falsificaciones que podrían suponer un escándalo para la Fundación en la que trabaja Rebeca y de las que su abuelo podría haber sabido algo. Creo que la autora podría haber dado más protagonismo a esta trama porque, al pasar tan por encima y aunque el lector sí imagina qué ha ocurrido, lo que deja es la sensación de ser una historia de relleno.
Los personajes están poco definidos y, en muchas ocasiones, tienen comportamientos incoherentes a cómo se supone que son su caracteres, lo que los convierte en poco creíbles. Así es bastante complicado empatizar con ellos, especialmente con Rebeca, la protagonista, que es un personaje bastante frío y al que no se llega a conocer bien.
La autora tiene una forma de narrar sencilla y amena, consiguiendo que la lectura sea bastante ágil. Además, al ser una novela corta, se lee muy rápida.
Aunque yo esperara algo más, la historia es entretenida y me ha dejado con ganas de leer siguiente libro de Estela Chocarro “Nadie ha muerto en la catedral”
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